Ganar o perder.

En la vida, siempre luchamos, competimos, peleamos... Necesitamos demostrarle al otro que no te puede superar, que le ganas, que sos mejor. Necesitamos sentirnos ganadores de toda batalla. Cuando el rival es más fuerte que uno mismo, preferimos abandonar o tirarnos abajo antes de empezar cualquier tipo de guerra. Cuando el rival es débil, solemos aprovecharnos o considerarnos ganadores de antemano. Pero en realidad, ¿Alguna vez pensamos en guerra limpia? ¿Alguna vez buscamos la manera de ganar sin lastimar a nadie? Muy pocas veces. Decimos, insultamos, criticamos, no controlamos lo que puede llegar a doler. Muchas veces recibimos reacciones del otro, lo insulto, me insulta y se genera una batalla a ver quien ofende mejor. Pero aquellas veces que nos hacen sentir mal a uno mismo, nos enojamos, nos duele, pero nosotros hacemos lo mismo. ¿Nunca pensamos como se sienten por dentro los que no responden a los insultos? Nunca pensamos, creemos que no le duele o que no se anima a responder. Pero en el corazón de quien maltratamos, se genera una angustia, una bronca, una impotencia, que se acumula, y algún día explota. Y ahi, cuando explota, cuando se desata, nos enojamos o nos sorprendemos y terminamos todos lastimados. Pero no existe el ganar o perder, siempre es ganar. Perder, no es una posibilidad de volver a intentarlo, perder es una frustración.